Por Ángeles Toledo, directora de innovación y nuevos proyectos de Gallástegui Armella Franquicias.
La innovación se trata de crear y adaptarse al cambio. En ese tema, México tiene una excelente tradición en cuanto a ciencia e innovación. Los mexicanos somos creativos y emprendedores por naturaleza. Algunas de las tecnologías más utilizadas en el mundo son mexicanas, como la televisión a color inventada por el ingeniero Guillermo González, o el químico, Luis Miramontes, coinventor de las primeras pastillas anticonceptivas.
Hasta antes de la década de los 90, la economía de México estaba fuertemente protegida, y regulada, enfocada principalmente en la explotación de sus recursos naturales. Con la entrada del nuevo milenio y el tránsito hacia una economía más abierta se instauraron nuevas oportunidades de inversión en ciencia y tecnología y, las condiciones para la existencia de una economía de manufactura y servicios.
Por otra parte, la economía mundial está cambiando rápidamente. La velocidad y escala de la transferencia de datos hace que los países en la actualidad compitan mediante la generación de nuevas tecnologías y productos y, el establecimiento de industrias de alta tecnología.
En la actualidad, en México el gasto en investigación y desarrollo con respecto al PIB es de alrededor del 0.5%, lo que ha significado una pérdida de competitividad con respecto a otras economías.
El entorno ideal para innovar
La innovación se produce en ambientes que fomentan la experimentación y aceptan el fracaso como una parte necesaria del proceso. México necesita crear condiciones más propicias para la innovación, la capacitación de los recursos humanos en el terreno de la ciencia y la tecnología y la creación de programas de asociación entre los sectores público y privado principalmente en salud, energía, agua, alimentos y seguridad para acercarse a los promedios internacionales de las economías emergentes.
El desarrollo de la innovación es nuevo en México, pero el emprendedor mexicano es quien ha sido y continuará siendo la fuerza de la economía de la nación y el motor de la innovación, por lo que los legisladores tienen muchas oportunidades para promover y ampliar la economía del país basada en el conocimiento.
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